martes, 7 de agosto de 2012

¡Alto a la contaminación!


Con este título se difundió, años atrás, un afiche auspiciado por la ONG Solidaridad, el Fondo Perú Alemania FPA, la Municipalidad Provincial de Chota y la Mesa de Concertación Para la Lucha contra la Pobreza, con el propósito de ilustrar y tomar conciencia sobre la gravedad del problema de la contaminación de los ríos Chotano, Colpamayo y San Mateo y el peligro para la salud y el medio ambiente que esto implica.

Uno de los canales de la televisión local ha mostrado esta semana las imágenes patéticas de la contaminación de nuestros ríos: descarga de las aguas servidas, arrojo de desechos sólidos (plásticos, colchones, zapatos, llantas, animales muertos, etc.), lavadero de vehículos, arrojo de desmonte principalmente en las inmediaciones del puente a Cabracancha, uso de las aguas servidas para el cultivo de pastos y hortalizas.
Un breve recorrido por estos lugares nos revela que no se ha hecho absolutamente nada por lo menos para atenuar el problema. Aparte de un mínimo de conciencia ambiental que se debe formar y exigir a la población para evitar el arrojo de desechos a los ríos, todo indica que no hay autoridad, ni en este aspecto ni en otros que aquejan y deterioran la calidad de vida del poblador chotano (transporte caótico, venta ambulatoria incontrolable, publicidad insultante, servicios públicos deficientes, burocratización de la gestión, etc., etc.).
Como nuestras autoridades sólo tienen vocación taurina (es decir, gusto de vaca) torean los problemas con lances de capa y jugosos dividendos para toda suerte de bolsillos, incluidos ciertos medios de comunicación convertidos, por decisión propia, en inmundos receptáculos y transmisores acríticos de las notas de prensa de las oficinas de imagen institucional.
Muchos se preguntan qué tipo de autoridades hemos elegido. La realidad nos libera de mayores calificaciones. Un campesino, con expresión clara y rotunda, nos dijo: oiga, no tenemos autoridades, tenemos una banda de cuatreros. Nosotros concluimos: La descontaminación ambiental sólo será posible con una sostenida lucha contra la contaminación moral y política!
Amor y Llaga N° 462

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