Gracias
a una gentil invitación de Aníbal Ramos, el sábado último, estuve en la
celebración del 34° aniversario de las rondas campesinas de Lingán Grande. Allí
encontré a viejos amigos y compañeros de lucha, con quienes compartimos
recuerdos, anécdotas, peripecias, esperanzas y sueños que el tiempo no ha hecho
sino confirmar y fortalecer.
Lingán
Grande, también conocido como Pachapuquio, fue parte de la antigua hacienda
Lingán, de propiedad de José Ponciano Vigil y de la Tapia, ubicada en los
linderos del norte de Hualgayoc y al sur de Chota, y abarcaba los ahora centros
poblados, caseríos y anexos de Castorcancha, Romero, Linganpata, Pampa La Laguna
y La Samana.
Ahora
es un centro poblado pujante, se ubica en una planicie, casi en la cima del
cerro Clarinorco, sobre los 3500 msnm., a 10 km. de la ciudad de Chota, cuenta
con centros educativos de inicial, primaria y secundaria, una municipalidad
delegada que tiene a Benito Díaz Tapia como alcalde, quien está empeñado en la
construcción de la posta de salud, el afirmado de la carretera, la construcción
de la plaza de armas y otros cuatro proyectos más que harán de Lingán Grande un
hermoso y acogedor paraje, pese a la distancia, la altura y el frío
característico de la zona.
La celebración del aniversario de rondas es modesta
pero fraterna, con diversas actividades festivas y una ceremonia central, y es
además el rencuentro de ronderos, entre otros, de Castorchancha, Silleropata,
Morán Lirio, Pampa La Laguna, La Samana, cuyos delegados en sus discursos
sencillos, pero llenos de vida y experiencia, recriminan la imposición de
proyectos mineros que afectan el medio ambiente.
Por
eso uno de ellos, con la sabiduría de los Andes, dijo que nadie puede estar al
margen de esta lucha, porque la “tierra es un solo potrero”.
Amor y Llaga N° 463
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