La
percepción común acerca de los candidatos a alcalde y regidores de la
Municipalidad Provincia de Chota, como se suele decir con triste amargura, es
realmente para llorar; es decir, decepcionante y desalentador, por muchas
razones que sucintamente anotaremos.
Los
candidatos no son el resultado de las elecciones internas de los partidos,
movimientos o agrupaciones políticas ni la expresión democrática de la
militancia o los afiliados, sino del arreglo económico, la componenda política y
la repartija personal.
Transfuguismo
fresco y desvergonzado. A quienes en anteriores lides hemos visto pugnando un
espacio electoral en un determinado partido, ahora los vemos cómodamente y muy
sueltos de huesos izando banderas y pancartas en otro, distinto y contrapuesto.
La hoja de
vida de los candidatos, como ya lo hemos apuntado, con algunas raras
excepciones, no expresa una actitud sincera, franca y honesta, sobre todo, al
declarar sus ingresos, bienes y rentas, sino el notorio afán de ocultarlos
quizá con alguna inmoral intención.
No hay un
plan de gobierno que sea fruto de un esmerado estudio y análisis de la realidad
económica, social y cultural de Chota y el planteamiento de alternativas de
solución a los graves y vitales problemas de la provincia. Más bien nos damos
con un amasijo mal compuesto.
En resume, lo
que empieza como un fraude termina como un gran fraude.
Amor y Llaga N° 534
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