“Toda repetición es una ofensa” dice un
conocido dicho popular que bien puede aplicarse con toda su connotación al caso
de la reelección de alcaldes, presidentes regionales, congresistas o
presidentes de la república, aunque nuestra Constitución, prohíbe la reelección
inmediata en el caso de los últimos, y está en debate la reelección inmediata
respecto a los alcaldes y presidentes regionales.
Es una
ofensa para el país, la región, la provincia o el distrito, porque supone
falsamente que no hay personas capaces que puedan asumir las riendas del
gobierno, con mejor criterio, mayor empeño, un alto grado de responsabilidad,
un real compromiso con las clases populares, un verdadero interés colectivo y
un gran sentido de desprendimiento, integridad y honestidad, para abundar en
valores y principios.
Pero no. Una
vez en el poder, aquellos políticos farsantes y parasitarios quieren
eternizarse en el cargo público, hacen tantas maniobras y arguyen tantas
justificaciones para asegurarse e impedir la alternancia del poder. “Para ello se hace uso de los recursos más
vedados, desde el despilfarro y la malversación de los fondos públicos hasta la
corrupción y el cohecho más viles y denigrantes,” decíamos ya en este
semanario (Amor y Llaga N° 25 del 05
de julio de 1998), al que debemos agregar hoy: el crimen organizado y el
sicariato.
Al parecer
su lema favorito es “en la repetición
está el gusto”. Pues cómo no van a encontrar gusto si la tienen todo de
bajada, es decir privilegios, prerrogativas y ventajas que indebidamente gozan
en un país donde la mitad de la población carece de los más elementales
recursos. Cómo no van a encontrar gusto si se llenan los bolsillos con fondos
públicos.
Por ello,
una gran cruzada contra la reelección inmediata de alcaldes y presidentes
regionales es una de las formas para curar nuestra democracia enferma y maltrecha.
Semanario Amor y Llaga N° 531
Semanario Amor y Llaga N° 531
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