La fama de chotanos valientes, libertarios, aguerridos y rebeldes ha ido diluyéndose sutil y paulatinamente hasta convertirse hoy en una fama espuria y contrahecha. Lo que ahora nos da notoriedad y noticias en los diarios nacionales es de que Chota se ha transformado en una provincia que, junto con Celendín, lidera la producción de opio. (La República, 28 /01/2011).
Por supuesto, este dato no es nada nuevo, más bien es la confirmación de algo que se sabe a vox populi, pero se calla en mil idiomas: el narcotráfico ha invadido importantes rubros del comercio y la construcción local, ha ingresado en la política y se puede asegurar que controla, o por lo menos ha neutralizado, importantes instituciones del Estado (gobiernos locales, policía, etc.).
El mismo diario nacional publicó dos años atrás un amplio reportaje sobre esta lacra. Y nuestra querida Chota estaba considerada como una de las importantes zonas en el norte del país para la producción y tráfico de pasta básica de cocaína –PBC. Esto explica, sin ser muy perspicaces, la aparición de la noche a la mañana, como se dice con cierta candidez y suspicacia, de extraordinarias e increíbles fortunas, propiedades y riquezas.
Qué triste fama la que ahora nos han endilgado los narcotraficantes y también los políticos avezados e inescrupulosos. Por obra y gracia de los sucesivos gobiernos nuestro país es ahora el primer productor mundial de pasta básica de cocaína. Narcotráfico y política se han asociado como la cocaína y el opio.
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