Si bien el tráfago electoral marca el ritmo de la coyuntura política, de las noticias y los comentarios, no menos importante es señalar la dirección y el soporte que va tomando la gestión municipal en Chota, toda vez que las necesidades, problemas y exigencias locales no se pueden posponer, ante los cuales las autoridades ediles parecen haber optado por la comodidad del silencio y la inacción.
Uno de esos problemas es el crecimiento y el desarrollo urbano de Chota. Nuestra ciudad, pese al cuantioso gasto en planes directores, crece en forma caótica, al libre albedrío de los propietarios de terrenos, las construcciones no obedecen las normas técnicas, no hay espacios y áreas verdes mínimas, se deteriora irremediablemente la naturaleza y se vulnera el porvenir de una ciudad sana, habitable y desarrollada.
Tenemos la decepcionante impresión que los planes de gobierno presentados al momento de inscribir las listas de candidatos no son más que una mera formalidad para pasar la valla, mas no uno de los requisitos primordiales para saber cómo van a gobernar y qué alternativas proponen para solucionar los problemas locales.
Y la decepción se convierte en indignación cuando se pretende gobernar una ciudad con los mismos cánones ya cuestionados, reprobados y rechazados de gestiones anteriores, es decir, sin planes ni programas de gobierno, sin ningún plan de desarrollo provincial; en suma, sin más objetivos que los de administrar las rentas municipales en beneficio de vedados intereses personales. Los hechos lo confirman.
Amor y Llaga N° 404
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