lunes, 8 de noviembre de 2010

CHOTA: RECUENTO HISTORICO Y PERSPECTIVAS (Discurso pronunciado en la ceremonia organizada por el Ce

AMIGOS Y PAISANOS DE CHOTA:

Debo iniciar expresando mi sincero agradecimiento a los miembros de la comisión encargada de esta ceremonia, por haberme considerado e invitado para pronunciar el discurso de orden, con motivo de celebrarse lo que se ha denominado “fundación española de Chota”, hecho que se atribuye ocurrió el 1° de noviembre de 1552, según la hipótesis del Dr. Francisco Cadenillas Gálvez.

INTRODUCCION

Muchos acontecimientos permanecen en la más absoluta imprecisión e incógnita, debido a la falta de documentación fehaciente e incontrovertible que avale y acredite la verdad histórica.

Uno de esos acontecimientos es justamente la fundación de Chota; por ello, nadando contra la corriente y fiel a mi pensamiento y a mi espíritu muchas veces irreverente con ciertas cosas que por tradición, costumbre o conveniencia social se tienen por verdades, preciso decir que mi intervención más que una alocución, más que una alegoría, tiene el carácter de una proposición o de una ponencia.

CHOTA: PUEBLO MILENARIO

Nuestra historia no empieza el 1° de noviembre de 1552, nuestra historia se remonta a muchos cientos de años antes, inclusive si seguimos la huella de los primeros asentamientos humanos, cuyos vestigios se encuentran en las paredes de las cuevas y abrigos diseminados en el extenso territorio de la provincia, comprenderemos que Chota es un pueblo milenario.

En el suelo de Chota florecieron diversas culturas que han dejado su impronta, pese al trauma histórico de la Conquista y como señalaba el educador Emilio Barrantes (pese a) “la imposición de un sistema destinado a contrariarla y, finalmente, a destruirla”, perviven como formidable muestra de cuánto el hombre construyó, no obstante lo agreste de la geografía y el inexorable e implacable paso del tiempo. Allí están para recordárnoslo las pinturas rupestres en la cuenca de los ríos Llaucano y Marañón, que describen escenas de la vida familiar y social de los primeros pobladores de nuestras comarcas y que probablemente daten de ocho a diez mil años atrás. Esta tarea es materia del estudio de investigadores más acuciosos para determinar los orígenes de nuestro pueblo.

Los antiguos chotanos nos han dejado un sinnúmero de sitios que habitaron, entre ellos, se encuentran, por ejemplo, la ciudadela de Chetilla, las chullpas de Andamayllu en Negropampa y las torres del Cerro Condorcaga, la zona conocida como Huambos Viejo en Sangache, las ruinas de Chotmarca, la cultura Pacopampa, cuyo reciente hallazgo de los restos de una mujer con visos de haber sido una gobernante, es un caso sorprendente en la Arqueología del país.

También hicieron presencia en el territorio de la provincia la cultura Chavín, la cultura Wari, la cultura Moche, todo lo cual ha ido configurando el carácter del poblador chotano junto al valeroso pueblo de los Wambos que, rebelde siempre, se enfrentó al ejército conquistador de Túpac Inca Yupanqui, hasta quedar anexionada al imperio de los Incas.

Con el correr del tiempo, se produjo la Conquista española y la implantación del sistema colonial sojuzgando a nuestro pueblo. De modo que somos producto de dos vertientes: la vertiente andina y la vertiente española, cada cual con sus características propias.

¿FUNDACION?

En este marco histórico se da por hecho que se produjo la fundación de Chota, el 1° de noviembre de 1552, conforme lo sostiene, como he referido ya, el Dr. Francisco Cadenillas Gálvez, y cuyo tenor presumiblemente del acta de fundación, que ha dado lectura la señorita representante de la Asociación de Estudiantes Chotanos residentes en Lambayeque, no obstante que se desconoce por completo su ubicación para ser contrastada a la luz de la ciencia.

La aseveración del doctor Cadenillas Gálvez formulada en 1937 en su tesis de graduación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y que posteriormente fue publicada en 1991 a iniciativa del doctor Gilberto Vigil Cadenillas, ha dado lugar para que se formulen otras cuatro hipótesis con mayor asidero histórico, que brevemente haré referencia:

- El Dr. José Varallanos, historiador huanuqueño, niega la posibilidad de una fecha exacta de fundación y sostiene más bien que Chota se formó como consecuencia de las reducciones indígenas, ordenadas por el virrey Toledo.

- El Dr. Jorge Berríos Alarcón sostiene que Chota fue fundada el 1° de noviembre de 1559, fundando su hipótesis en la llegada de los agustinos al Perú hecho que se produjo recién en 1551, y la evangelización de Chota y otros pueblos de La Libertad y Chachapoyas recién se realizó entre 1558 y 1561.

- El Dr. Waldemar Espinoza Soriano, historiador sanmarquino, amparando su hipótesis en los estudios de los Archivos Históricos de Cajamarca, Archivo Departamental de Trujillo, Archivo Nacional de Lima y el Archivo de Indias de Sevilla (España) señala que la fundación de Chota se produjo el 1° de noviembre de 1565, por el corregidor Juan de Fuentes.

- Los Agustinos Recolectos en el boletín El Sembrador en 1997 sostuvieron que chota fue fundada efectivamente el 1° de noviembre de 1562, debido a que la región de los Wambos fue evangelizada por Juan Ramírez entre 1560 y 1563. Sin embargo, en el año 2000, precisaron que si bien Juan Ramírez evangelizó estas tierras, no fundó Chota. Hecho que lo sostiene frecuentemente el sacerdote Severiano de Cáceres, quien ha investigado en el Archivo de Indias en Sevilla y señala no haber encontrado ningún documento que dé razón de la fundación española de Chota.

¿QUE CELEBRAMOS?

Entonces, ¿qué celebramos? Se suele resaltar esta fecha más por un convencionalismo social que por una convicción, producto de la certeza de un acontecimiento histórico. Más que celebrar una fecha incierta e improbable, debemos celebrar sí, como homenaje a un pueblo, a sus hombres y a la tierra, a la que debemos todo y nada ofrecemos y damos. Homenaje a un pueblo generoso, laborioso y rebelde. Rendir homenaje a sus epónimos hombres que personifican la identidad chotana.

Dice el citado Dr. Cadenillas Gálvez que “el Chotano se convierte en un batallador tenaz y firme, palmo a palmo defiende la tierra que obtuvo con su trabajo y este concepto de defensa de la tierra que vio nacer, de la tierra en donde vive y de la tierra en donde ha de morir. El chotano es humano sobre todas las cosas, solidario con los ideales de justicia y de derecho, cooperador en las obras de utilidad colectiva, tales como establecer una escuela o abrir un acueducto; pero es también implacable con el que oprime, severo cuando aplica su propia justicia, cruel cuando ha sufrido el peor de los castigos: dejarle sin tierra”.

Fieles a ese sentimiento auténtico, chotanos ofrecieron tenaz resistencia al conquistador inca.

Se rebelaron contra el despotismo y los abusos de los españoles para demandar, encabezados por Pedro Tantallacta, a la corona española la designación de autoridades propias, muchos años antes que irrumpiera la rebelión de José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru II.

La personalidad libertaria, rebelde, insumisa se manifiesta en el chotano José Salinas, conocido como José Luz de la verdad, quien con sus manuscritos y proclamas daba cuenta de los avances de la causa revolucionaria en los años aurorales de la gesta libertadora, alentando a su adhesión a los pueblos de Cajamarca y La Libertad.

Inocencio Consanchillón, alcalde indio, quien proclamó la independencia de Chota el 12 de enero de 1821, seis meses antes que el general José de San Martín proclamara la independencia del Perú.

José Manuel Osores Cuervo, educador y político, artífice de la creación y benefactor del Colegio Nacional San Juan, alma mater de la educación y la cultura de Chota que el próximo año conmemora su sesquicentenario.

Manuel José Becerra Silva, maestro ejemplar, héroe de la infausta Guerra del Pacífico, siendo vicerrector del colegio San Juan y alcalde de Chota organizó los batallones Chota y Defensores de la Patria, para combatir a las huestes chilenas, a quienes enfrentó y derrotó en las batallas de Chiclayo y El Cárcamo.

Los hermanos Raúl y Antonio Mata Osores, destacados intelectuales chotanos, por añadidura sanjuanistas, quienes llegaron ocupar el alto cargo de vocales de la Corte Suprema de la República, el primero de ellos perseguido y encarcelado por la dictadura de Leguía.

Arturo Osores Cabrera, ideólogo de la rebelión que se efectuó en 1924 contra la tiranía del presidente Leguía, teniendo como un audaz miliciano al legendario Eleodoro Benel Zuoleta. Insurrección que costó el encarcelamiento de Osores durante seis años en la isla prisión de san Lorenzo y la muerte de Benel luego de tres luctuosos años, donde también fueron fusilados el coronel Samuel del Alcázar, héroe de la batalla de Tarapacá y el teniente Carlos Barreda Cante.

Homenaje a sus poetas y escritores como Anaximandro Vega Mateola que ha perennizado cantos y versos a su pueblo como aquel que dice:

Pero no es esto, Chota mía lo que da carácter
Son tus hombres eficaces como tiro de fusil
Y tus mujeres ágiles con ternura de torcaz.

O como Emilio Díaz Tirado que arenga: ¡Adelante! Marchemos unidos/por la ruta de un nuevo ideal/enlazados los brazos fornidos/ de esta tierra grandiosa y sin par.

Como, Felipe Guerrero Barboza que escribe: Chota invencible/ tus huellas no borrarán/ tu Historia y su fama/ siempre perdurarán/ Cuida de tu juventud/ cuida de tus hombres/ que el gamonal aún vive/ pero pronto terminará.

Como Mario Mestanza Villacorta que canta: Así eres mi Chota querida/ orgulloso estoy de ti.
Como Esteban Peña Sáinz, cuando dice: Linda ciudad de Chota, aconteceres/ muchos en boda de oro se reflejan/ con esperanza audaz hacia el futuro.

Como Gilberto Saldaña Fernández que proclama: Soy chotano/ porque no doblego jamás frente ante la injusticia ni ante la iniquidad.

Cuando Hernán Gálvez Coronado recita: Chota altiva y señorial/ engreída de los dioses/ te forjaste en el coraje/ de tus cholos de leyenda/ y en tu campo primoroso/ que es el hombre que en la estancia/ que hace surco, se hace flor/ y que escancia cuando quiere/ la amistad hecha cogollo/ y la brinda a plenitud.

Cuando Estuardo Villanueva Díaz, le canta: Territorio a la intemperie/ geografía trazada a machetazos/ región donde las aguas se eslabonan/ meseta a tiro de relámpagos y nostalgias/ amurallada de filas.

Cuando sus poetas jóvenes, como Carlos Rubio Rivera, dice: Rodeada de telúricas montañas/ protegida por los cristalinos brazos/ del Chotano, Colpamayo y Doñana/ descansa mi Chota.

José López Coronado, escribe en su Canto General: Hombres dio a luz, Chota, sagrados/ hazañas, razones, ejemplar/ son sus nombres, hondo, recordados/ tea que se enciende al trabajar.

Vitelio Mejía Vargas, señala: Somos la misma sangre de nuestros ancestros/ y la misma identidad que nos enaltece.

Y Carlos Campos Vásquez, concluye: Humus de la historia/ rebeldía de piedra/ aurora del rondero.

En efecto, son los miles y miles de generaciones de chotanos, trabajadores del campo y la ciudad, laboriosos y generosos, rebeldes y libertarios que han construido y construyen la identidad de nuestro pueblo llamado Chota.

Sin embargo, poco puede servir el verso de un poeta o el recuento de nuestro largo pasado histórico, si no lo tomamos con perspectiva de futuro para construir una provincia integrada, unida, próspera, desarrollada, digna de su historia y su fama. Sólo así se puede justificar la historia, no como un mero ejercicio de la memoria y el recuerdo, sino como lo sentenció el insigne historiador Jorge Basadre, para “entender a los hombres como individuos y también en sus relaciones sociales a lo largo del tiempo”, y para que no se repita ni como tragedia ni como farsa, como lo precisó Karl Marx en 1885.

Junto a ese recuento histórico es bueno y necesario también no olvidar que nuestro pueblo tiene múltiples problemas, necesidades urgentes y conflictos inaplazables, que requieren atención de sus autoridades, para que éstas actúen con honestidad e inteligencia y se coloquen a la altura de las aspiraciones de Chota. Y ojalá las nuevas autoridades electas sepan cumplir ese reto.

Es justo decir que en muchos casos es lamentable el estado crítico de los servicios básicos, de sus vías de comunicación, el transporte urbano, la seguridad ciudadana, el abandono de la cultura, el comercio ambulatorio, el crecimiento urbano caótico, la moralidad de las instituciones públicas, en fin, los mismos problemas que aquejan a miles pueblos del país.

Por ello, como chotanos tenemos el deber moral de unirnos a sus causas y reclamos, porque la tierra que nos vio nacer necesita del compromiso de cada uno de nosotros para hacer a Chota digna de su historia y nosotros merezcamos el orgullo de decir SOY CHOTANO.

¡¡VIVA CHOTA!!

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