En el
memorial de lucha del pueblo chotano se registran fechas muy importantes en la
historia de la UNACH, cuando sus actuales autoridades ni siquiera soñaban ser
merecedores de tan importante cargo o cuando muchos, siempre escépticos y
negativos, dudaban de su creación, en tanto otros colocaban grandes piedras con
el vano propósito de impedir se cristalice este ideal de la juventud.
El 21 de
noviembre de 2011, tras una firme lucha de cinco días, el pueblo de Chota logró
que las autoridades de la UNC suscriban el acta respectiva y se inicie el
proceso de transferencia de los bienes conforme a la ley de creación de nuestra
universidad, proceso que al parecer no ha concluido por la lenidad de las
autoridades universitarias o porque pareciera que éstas cumplen el penoso papel
destinado a torpedear su funcionamiento y acreditación.
Chota ha
luchado y seguirá luchando, incluso al margen de quienes la representen, por
una universidad que se coloque a la altura de las de más alta calificación; una
universidad libre, donde se promueva la formación de valores cívicos y democráticos,
se incentive el debate abierto, tolerante y plural, se priorice la
investigación científica y sea paradigma de una administración pública honesta
y transparente.
La
universidad medieval, intolerante, obscurantista, antidemocrática solamente
puede caber en la cabeza y en las actitudes de aquellos que nunca lucharon por
una universidad para Chota o cuya carrera de vida los delate. Saludamos y
saludaremos los logros y avances en el difícil camino de institucionalizar a la
UNACH, pero al mismo tiempo somos severos críticos y luchadores pertinaces
contra la corrupción o atisbo de corrupción que brote bajo mil formas.
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