domingo, 16 de junio de 2013

Una bofetada a nuestra identidad

Cuando nuestras instituciones se encuentran en manos de autoridades ataviadas de la más insultante ignorancia, se puede esperar de lo peor. Sucede esto con la tremenda bofetada a nuestra identidad que se nos da en el portal de la Municipalidad Provincial de Chota (http://www.munichota.gob.pe/index.php/resena-historica-de-chota). Allí no sólo se cometen graves horrores y errores en la redacción, sino incoherencias y distorsiones históricas inexcusables.

  Veamos algunas infortunadas expresiones de esa estulticia: "Existen dos fundaciones de la Ciudad de Chota, una española de data de 1552 y la otra Colonial que fue fundado el 1° de noviembre de 1559", "La proclamación de la Independencia de Chota, fue el 12 de enero de 1821, por el Alcalde Sr. INOCENCIO CONSAN CHIFLON". "El 6 de febrero de 1821, recibe el nombre de Provincia", "Luego el 30 de agosto de 1882, la ciudad de Chota fue incendiada por los chilenos...", "Cabello de Balboa en su "Miscelánea Austral" cita a Naylamp, calificado como hombre de gran talento y de gran valor, y a su Dios Chota, con expresa mención de la meseta Acunta y a uno de sus descendientes que llevó también este nombre.", "El 29 de agosto de 1882, la ciudad de Chota fue incendiada por las tropas chilenas...", "Miles de casas cayeron..." (¡sic!)

   Después de leer aquella “reseña histórica”, quien sabe escrita por alguno de esos asalariados e incondicionales comunicadores, nos preguntamos con indignación si la autoridad municipal tiene por lo menos un mínimo de conocimiento de nuestra historia.

    Por el bien de Chota retiren ese insulto a nuestra identidad. 
Amor y Llaga N° 491

lunes, 10 de junio de 2013

Vamos a la fiesta de San Juan

Desde que se nos impusiera, tras la conquista española, la fiesta patronal de San Juan Bautista que celebramos anualmente en torno al 24 de junio, con oficios religiosos y celebraciones y espectáculos (corridas de toros) que rayan con cierto paganismo decimonónico, quiéralo o no, forma parte de la tradición y del sincretismo religioso y cultural que ha calado muy hondo en el ideario, el espíritu y sentimiento de nuestro pueblo.

  Naturalmente que la alegría forma parte sustancial del ser humano, pues etimológicamente significa estar vivo y animado. Y las festividades religiosas cumplen ese rol que dota, a su vez, de espiritualidad y de energía a las celebraciones. Sin embargo, aunado a ello, perviven pesados lastres inconcebibles en un mundo que procura un mayor respeto a la dignidad, a los derechos fundamentales de las personas, inclusive a la protección y defensa de los animales y la naturaleza.
  Es cierto que un sector muy importante de la población, movido por la fuerza de la tradición, asocia la fiesta de San Juan Bautista con corridas de toros, pero también lo es que de esto, los municipios locales han hecho su programa de gobierno, y los alcaldes e incondicionales de toda estirpe, su causa y sus pingües negocios. Claro ejemplo de lo dicho, es el negociado de cerca de medio millón de soles que se esfumaron en San Juanpampa, que se sigue “investigando”, hasta el archivamiento y el olvido.
  Vamos a la fiesta de San Juan, ¡claro!, los chotanos y turistas de diferentes partes del país lo anunciamos con más efusión en estas últimas semanas. Nos entusiasmamos con el espejismo de una ciudad limpia, ordenada, con servicios básicos necesarios, vías transitables, autoridades honestas. Pero, al llegar, nos damos de bruces con una ciudad caótica, errática, administrada por ineptos en el gobierno, pero muy aptos y voraces en la rapiña.
Amor y Llaga N° 490

martes, 4 de junio de 2013

Día del medio ambiente

No deja de ser cada día más actual, necesaria e impostergable la preocupación por el medio ambiente y la lucha por una vida digna y un mundo mejor. Hace cuarenta años la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) para sensibilizar a los estados, gobiernos y naciones de todo el planeta, la adopción de políticas y medidas destinadas a la protección del medio ambiente, mitigar el impacto de la contaminación ambiental y procurar un desarrollo sustentable y equitativo.
 
 Poco se ha avanzado en este camino. La desertificación crece inclemente; la deforestación arrasa con los bosques; los ríos y mares son grandes basureros; el aire cada vez más impuro y letal; la minería formal e informal deteriora y contamina grandes extensiones bajo amparo y protección del propio estado; la polución de las ciudades convierte a sus habitantes en seres irascibles y enfermos; en suma, la vida humana y el planeta en amenaza constante por obra del hombre mismo.
   Nuestras pequeñas ciudades como Chota, donde aún puede procurarse calidad de vida a sus habitantes, sin embargo, los gobiernos locales están siendo administrados, con raras excepciones, por forajidos de todo calibre; ignorantones que creen que desarrollo es sinónimo de cemento, que chacras y campos verdes es equivalente a atraso. En esa lógica retorcida sólo cabe un bolsillo lleno de plata mal habida.

   El desarrollo sustentable y equitativo que tenga como base la protección del medio ambiente, reducir y mitigar los impactos de la contaminación y procurar calidad de vida a los habitantes debe ser el eje central de las políticas de gobierno, de la gestión municipal y de la participación ciudadana, así contribuiremos a mejorar la vida en nuestro planeta.