martes, 28 de mayo de 2013

Domingo 21 de Mayo


La segunda mitad de la década de 70 el país atravesaba por una crisis económica desastrosa administrada por una dictadura militar por añadidura represiva. El constante alza del costo de vida, el acaparamiento de los productos de primera necesidad y la especulación de los precios, infligieron duros porrazos a la economía popular y a los hogares humildes y empobrecidos de la sociedad. Situación esta que exacerbó el sentimiento antidictatorial que desencadenó en una serie de protestas en todo el país.
   En nuestra zona, las rondas campesinas habían resurgido un año y medio atrás y se encontraban en pleno proceso de expansión en las estancias y comunidades campesinas de Chota y la provincia de Hualgayoc. De cierto modo el abigeato y la criminalidad en el campo estaba siendo controlado eficazmente, así como el comercio ilegal de ganado y la corrupción de jueces, policías y fiscales implícitamente asociados a los abigeos y comerciantes inescrupulosos.
   Este panorama económico, político y social fue el trasfondo de la más grande movilización campesina y popular que tuvo lugar el domingo 21 de mayo de 1978. Miles de campesinos y pobladores, en legítima protesta, tomaron la ciudad de Chota por varias horas y en un acto espontáneo, efecto de la convulsión del momento, irrumpieron en los almacenes de comerciantes acaparadores y distribuyeron los productos que días atrás habían negado su venta para especular con el precio.
   Esa misma noche fueron detenidos cerca de un centenar de dirigentes, ronderos, maestros y estudiantes, de los cuales 17 fueron trasladados y procesados por el fuero militar en Cajamarca. La ciudad durante varias semanas vivió el sobresalto del toque de queda y la severa presencia del ejército. Sin embargo, todo esto contribuyó para que la dictadura militar, asediada por las protestas, convoque a elecciones generales y retorne a sus cuarteles.  
Amor y Llaga 489

domingo, 19 de mayo de 2013

Dardos venenosos


Conocida la Resolución N° 261-2013 de CONAFU por la cual se resuelve no reconocer a los tres miembros de la comisión organizadora de la UNACH, no faltaron quienes aprovecharon de esta circunstancia para lanzar sus dardos venenosos o exhibir su risita mefistofélica o mostrar una alegría recóndita porque se frustre la universidad. Y no faltaron titulares y noticias ambiguas de ciertos medios locales y la malignidad de periodistas desavisados.

   Es preciso señalar que una vez otorgada la resolución de funcionamiento provisional, la designación de los miembros de la comisión organizadora de una universidad pública, ya no corresponde al Ministerio de Educación, sino a la propia CONAFU. Para ello los miembros de la comisión organizadora deben reunir los requisitos que establece la Ley Universitaria para los cargos de rector y vicerrector (equivalentes al de presidente, vicepresidente académico y vicepresidente administrativo de la comisión organizadora).
   Conforme a la ley universitaria los requisitos para los cargos de rector y vicerrector básicamente son: ser profesor principal con no menos de doce años de docencia universitaria  y tener grado académico de doctor  [arts. 34, inc. b) y c)  y 36 de la Ley 23733]. Se entiende que los miembros de la comisión organizadora luego de la autorización de funcionamiento deben reunir tales requisitos. Por ello, el no reconocimiento de los miembros de la comisión está dentro de la normatividad y no frustra de modo alguno la continuidad de la UNACH.
   Al cierre de esta edición se tiene conocimiento de la designación de los nuevos miembros de la comisión organizadora de la UNACH, presidida por el doctor Eduardo Torres Carranza, con lo cual se prosigue el camino para la consolidación de este proyecto y no se frustra el sueño de los chotanos como algunos malintencionados aún lo desean. 
Amor y Llaga N° 488

domingo, 12 de mayo de 2013

Mayo, mes de aniversarios educativos


En el devenir histórico de nuestro pueblo, ciertas fechas se convierten en relevantes y significativas, ya sea por la trascendencia de los hechos que tuvieron lugar, la importancia del hecho mismo, el rol descollante de los protagonistas de tales hechos o el recuerdo aciago de un acontecimiento. Ocurre, en nuestro ámbito y para nuestro pueblo, que el mes de mayo adquiere una significación especial. 
   En orden histórico, el 15 de mayo de 186l, se promulgó la ley de creación del Colegio Nacional San Juan (hoy llamado con eufemismo burocrático “institución educativa”) durante el mandato del presidente Ramón Castilla, pero cuyo adalid para este logro fue el ilustre chotano, injustamente olvidado, José Manuel Osores Cuervo, a la sazón representante parlamentario.
   El 16 de mayo de 1990, tras una serie de gestiones por una comisión conformada por reconocidos chotanos, sobre todo, profesores, se logró la creación de la Escuela Profesional de Enfermería, filial de la Universidad Nacional de Cajamarca. Posteriormente se creó una nueva escuela profesional, la de Contabilidad. Por supuesto que este no fue un regalo caído del cielo. Costó una serie de luchas, decididas y firmes, que secundaron las gestiones de las autoridades y comisiones respectivas.
   Pero la aspiración legítima del pueblo chotano, no fue la de quedarse contento con filiales dependientes, sino lograr la creación de una universidad autónoma, como fue el espíritu idealista de los jóvenes estudiantes de fines de la década del 70. Anhelo que se ha ido concretando paulatinamente hasta la creación de la Universidad Nacional Autónoma de Chota – Unach, mediante ley 29531, promulgada el 11 de mayo de 2010.
   
Por todo ello, mayo es el mes de las celebraciones y los aniversarios educativos.