domingo, 30 de octubre de 2011

¿Qué celebrar?


En la vida de los pueblos hay fechas importantes que constituyen un factor de cohesión social y de identidad cultural. Se imponen, no por mandato expreso de una norma legal, sino por la fuerza de la costumbre, la trascendencia de un hecho histórico, la memoria que pervive en las generaciones y el rol que desempeñaron los protagonistas de esos hechos que, sin buscar ansiosamente la gloria, sólo cumplieron con un deber social o cívico.

El aniversario de la convenida y denominada “fundación española” de Chota es un tema polémico, tanto por la mirada histórica que se adopte como por la adhesión a una de las cinco hipótesis que existen al respecto. Pero, también, es un tema eventual, pues sólo en las proximidades de tal efemérides (1° de noviembre) se convocan a entrevistas y disertaciones que, dada las circunstancias, carecen de la rigurosidad científica con que la verdad histórica debiera revelarse.

Es necesario desentrañar la realidad de un hecho histórico como es el de la fundación de nuestra ciudad; precisar si lo fue como parte del plan de fundación de ciudades que el imperio colonial español llevó adelante para evangelizar y someter a los pueblos nativos de América; determinar si Chota ya existía como asentamiento urbano o ciudad a la llegada de los españoles, o si lo fue un pueblo que se formó por la política de reducción de indios implantada por el virrey Toledo. Muchas y tan controversiales interrogantes para saber de dónde venimos, quienes somos y qué queremos ser.

¿Qué celebrar, entonces? ¿La imposición de una cultura o el sometimiento de un pueblo?

P. D.: Al momento de escribir esta nota nos viene la noticia de la suspensión en sus funciones del cuestionado alcalde de Chota, Jeiner Julón, aprobaba en forma unánime por los regidores en una decisión que podríamos calificarla de histórica. Contra la corrupción no se debe ser tolerante, es tiempo que la indignación toque la vena rebelde de los chotanos.

Amor y Llaga N° 433

domingo, 16 de octubre de 2011

El cholo chotano


El cholo chotano se ha convertido en una canción popular y emblemática (para decirlo en una palabra hoy abusivamente de moda), es decir simbólica, representativa del ser chotano. Alude con orgullo a un cierto periodo de nuestra historia cuyo protagonista principal, Eleodoro Benel Zuloeta, tomó la dura y singular decisión de dejar toda su comodidad y riqueza, unirse a la insurrección armada contra la dictadura de Augusto B. Leguía, e inmolarse luego de tres años de infausta y dolorosa guerrilla. Pero, además de esa referencia histórica que ha marcado a las generaciones posteriores, alude a tres referentes de la identidad del chotano: la rebeldía, la laboriosidad y la generosidad.

William Tapia Zúñiga, que supo resumir en los versos y las melodías de esa canción toda aquella memoria histórica y el espíritu rebelde, laborioso y generoso del ser chotano, será condecorado con la Medalla “Inca Atahualpa”, este domingo 16 de octubre, en la noche cultural programada y organizada por el Gobierno Regional de Cajamarca, en la ciudad de Chota, dentro del Recorrido Cultural Itinerante Revalorando lo Nuestro, un auspicioso proyecto cultural que une a todas la provincias del departamento.

El profesor William Tapia Zúñiga, un modesto profesor y cantautor, además de El cholo chotano, ha compuesto muchas canciones, todas alusivas al espíritu, las costumbres, la vida y la tierra brava, de su Pacopampa querido hasta su Chota amada. Un reciente álbum producido por Indiana Records nos dice de la calidad y variedad de su vena musical. Por ejemplo: Chota tierra brava, Paseíto serrano, Ajicito, A Pacopampa, Dos glorias, Sueños solo sueños, etc.

A la bien merecida condecoración de los artistas e intelectuales que está otorgando el Gobierno Regional de Cajamarca, debe ir aparejada un política cultural que incluya también una masiva producción y difusión de la obra de estos autores y cultores del arte. Pues el espíritu de un pueblo se forja también con la obra de ellos.

Amor y Llaga N° 431

lunes, 10 de octubre de 2011

La cultura, para saber quiénes somos


Todo indica que Chota tendrá dos semanas de eventos culturales sostenidos. Primero será el “Recorrido Cultural Itinerante Revalorando lo Nuestro” que promueve el Gobierno Regional de Cajamarca, por el centenario del gran José María Arguedas, entre cuyas actividades programadas está la participación del reconocido músico ayacuchano Manuelcha Prado. En Chota está previsto para el 16 de octubre.

Luego, los días 22 y 23 del presente, se llevará a cabo el encuentro internacional de escritores y poetas, y concluye con la semana cultural (24 al 28 de octubre). Esta última organizada por la Municipalidad para celebrar el aniversario de la aún indocumentada “fundación española” de Chota.

Qué bien que haya una confluencia de esfuerzos que revaloren el papel de la cultura en la afirmación de nuestra identidad y en el fortalecimiento de la conciencia social, que motive al hombre a percibir y comprender la sociedad en que vivimos y lo oriente a su transformación.

Por supuesto que sobre la cultura hay muchas concepciones y percepciones y cada cual, ya sea individual o colectivamente, tácita o explícitamente, lo manifiesta de muchísimas formas, algunas simples y sencillas, y otras más elaboradas y mejor procesadas. Por ello, el calificativo de culto o inculto, no es más que una forma peyorativa de diferenciarlo (con las disculpas de mis amigos de la Asociación Chota Culta).

Hay en este campo, tema para rato y mucho pan que rebanar, sobre el cual volveremos en las próximas notas. Como colofón, el sociólogo Peter Berger señala que la cultura es el sustento psicológico de un pueblo. Sin tal sustento no sabríamos quienes somos.

Amor y Llaga N° 430

lunes, 3 de octubre de 2011

Alma chotana


En Chota, la semana que culmina, ha sido agitada y de lucha, de celebración y de historia, de reencuentro y confirmación, que es un tanto difícil abarcar en las pocas líneas de esta columna, todos los sucesos de trascendencia ocurridos y para extraer, por ejemplo, las lecciones de la movilización y protesta social emprendida, primero, por los ronderos de Cuyumalca y, luego, respaldada ampliamente por los diversos sectores urbanos, contra los abusos de la empresa Electronorte y el pésimo servicio que presta.

Una acción que nació espontánea, tomó visos de una protesta contundente y radicalizada con la toma del local de la cuestionada empresa, hasta lograr la presencia de una comisión de alto nivel del Ministerio de Energía y Minas, que asumió la responsabilidad de solucionar las exigencias en el plazo de treinta días. Por tanto, estar vigilantes para que se cumplan los compromisos asumidos es la primera tarea del pueblo chotano, de los dirigentes del Fudip y de las autoridades locales.

Acto seguido, fue la celebración de la gloriosa Batalla de Cárcamo y el homenaje al héroe chotano Manuel José Becerra Silva, quien con su valentía y sabia estrategia la dirigió y logró una de las pocas victorias contra los invasores chilenos en la infausta guerra del Pacífico. La revaloración de la célebre figura del coronel Becerra Silva, de su obra y su ejemplo ha tomado forma en la última década, pero merece algo más que una estatua (que aún no encuentra sitio para su colocación). Merece la difusión amplia de su vida y su obra para cimentar la memoria e identidad histórica que nos falta.

El alma chotana que coincidentemente ha aflorado en esta semana, simbolizada en la figura de Manuel José Becerra, paradigma de nuestra identidad, y en el espíritu de lucha, en el carácter libertario y en la rebeldía con causa de los ronderos chotanos, es el reencuentro con nuestra historia y la confirmación de nuestra dignidad, una inquebrantable promesa.

Amor y Llaga N° 429