sábado, 19 de marzo de 2011

El agua que debemos beber


En cierto momento (año 1986) de nuestra historia, los problemas de Chota se redujeron, mejor dicho, lo redujeron a tres: agua, luz y carreteras, así a secas, en esos términos. Esa estrechez de miras tiene, sin embargo, cierta explicación en los intereses subliminales que encarnan o traducen los protagonistas de los hechos históricos, en este caso, fueron los directivos de la entonces Asociación de Comerciantes de Chota.

Dejaron de lado el problema de la educación y la exigencia de una universidad (anhelo que ahora se está cristalizando progresivamente), hicieron mutis respecto al ostensible abandono del agro y el reclamo de reconocimiento de las rondas campesinas, callaron frente a la necesidad de personal médico y paramédico especializado para el hospital, el equipamiento y mejoramiento del sector salud y la construcción de una clínica del entonces Instituto Peruano de Seguridad Social IPSS.

A través de la lucha y la gestión conjunta se han ido conquistando importantes aspiraciones, reclamos y exigencias. Logros como el interconectado con la Central de Carhuaquero, para mejorar y abaratar el costo del servicio de energía eléctrica; la creación de una sede de la Universidad Nacional de Cajamarca con dos carreras profesionales y ahora nuestra universidad autónoma. El asfaltado de la carretera Chota – Chiclayo que está en ejecución dos tramos y el tercero en proceso de licitación.

Pero la problemática del abastecimiento de agua es de por sí grave. Años atrás se ejecutaron algunos proyectos, en algunos casos muy cuestionados y con denuncias de corrupción. Ahora se está ejecutando un nuevo proyecto, del cual deseamos y exigimos que no se repitan las atrocidades y corruptelas ya conocidas. Chota necesita del suministro de agua limpia, saludable y suficiente, y un proyecto que se ejecute con honestidad, transparencia y fiscalización en grado mayor.

Amor y Llaga 408

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