Caos,
desgobierno y falta de autoridad son las palabras que definen con exactitud la
situación de los mercados, el comercio ambulatorio, el transporte, el servicio de
agua, el deterioro de pistas y veredas, el uso indebido de la vía pública y las
construcciones sin observar normas y disposiciones elementales, entre otros
aspectos del desarrollo urbano de nuestra querida ciudad de Chota.
Esta por
supuesto no es una situación nueva, ni menos se puede atribuir exclusivamente a
la actual gestión municipal que transitoriamente le ha correspondido dirigir
los destinos de nuestra provincia, ante los desaciertos y la corrupción de un
alcalde prófugo. Los sucesivos gobiernos municipales no han intentado siquiera formular
políticas adecuadas para solucionar estos problemas.
Sin embargo,
el dejar hacer y dejar pasar las cosas se ha convertido en una perjudicial e
irresponsable política municipal. A nuestras autoridades se les ha pegado un
estilo burocrático y oficinesco: de su casa al palacio municipal en camioneta
4x4, sin osar recorrer calles, plazas, mercados, en otras palabras, ensuciarse
los zapatos, y percibir los problemas, recoger las necesidades y escuchar los
reclamos de la gente.
¿Qué podemos
esperar de las nuevas autoridades que se elijan en octubre? En realidad,
analizando los candidatos, sus propuestas, los partidos que los promueven, el
desarrollo de la campaña electoral y sus inocultables intereses económicos que
los motiva, no hay mucho que esperar. De modo que Chota seguirá siendo el reino
del caos y la improvisación.
Semanario Amor y Llaga N° 538
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