domingo, 7 de abril de 2013

¿En qué se diferencian de la derecha?


El cuestionamiento público, o mejor dicho el desafío al presidente regional por parte de un miembro de su propio círculo de asesores políticos, sólo por el hecho de no haber sido designado gerente subregional, dice mucho del nivel de descomposición de la política y de la pésima calidad del equipo que gobierna la región.
Hace mucho que se advertía la proximidad de un enfrentamiento así, inútil, torpe y risible, pero a su vez indignante. Gestado, por supuesto, por ese mal recurrente en nuestra sociedad, practicado y replicado por todos los que han llegado a un cargo ya sea por elección popular o designación, que creen que la administración pública es para llenarse los bolsillos.
Pero, aquí se suma otro factor, tal vez el que haya desencadenado el pleito: el afán electorero del presidente regional, más empeñado en promover su candidatura que en solucionar los problemas de fondo de Cajamarca. Lo cual ha despertado, por igual, las apetencias de los señoríos políticos locales.
Abandono de las promesas y compromisos, manipulación de las necesidades del pueblo, uso indebido de los recursos públicos, clientelismo a toda máquina, peleas intestinas por copar los cargos, incapacidad para solucionar los problemas, las necesidades y exigencias del pueblo, en fin… ¿en qué se diferencian de la derecha?
Un movimiento o un partido que no se construye sobre bases políticas, ideológicas y sociales firmes y principistas, más aún si se reclama de izquierda, termina corroído por la más escabrosa pugna por el control de los puestos y cargos, y la renuncia a su ideario, para convertirse en una rapaz gavilla electorera o, mejor dicho, para mostrar sus verdaderas garras.

Amor y Llaga N° 

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