Las
veces que hemos visitado el lejano distrito de San Juan de Licupís, lo hemos
hecho atraídos por el encanto de su paisaje de páramo, el inmenso mar de nubes
densas y el portento telúrico de sus lagunas, entre ellas, la Clara y Oscura
que comparte límites con el distrito de Miracosta, en la cordillera del
Mishahuanga, una de las altas de la región.
San
Juan de Licupís está ubicado en el extremo oeste de la provincia de Chota y
colinda con los distritos chotanos de Miracosta, Querocoto y Llama y el
distrito lambayecano de Chongoyape. La capital se encuentra a 3030 m. de altitud,
de tal modo que es también la más alta de la provincia, razón por la cual está
en un paulatino proceso de formación urbana.
Se
creó por ley N° 24720 promulgada el 11 de setiembre de 1987, sin embargo la
inauguración oficial del distrito se concretó el 23 de setiembre de aquel año, dentro
del marco de su feria patronal en honor a San Juan. Siendo uno de los artífices
de esta encomiable labor don Walter Gastelo Gastelo, quien llegó a ser su
primer alcalde electo.
Desde
su fundación en 1925 por Juan Felipe Gastelumendi, los licupisanos no cejaron
hasta ver a su pueblo convertido en un distrito. Una lucha que les ha costado
décadas de gestiones, pues como se sabe, ya el diputado Benedicto Cevallos
Chávez presentó en el año de 1943 un proyecto de ley con tal propósito.
La
celebración de las Bodas de Plata del distrito de San Juan de Licupís se ha
deslucido y encuentra a la población, de cierta manera, indiferente y
enfrentada por el proceso de consulta popular de revocatoria del mandato
municipal del alcalde y los cinco regidores. A pesar de ello, va nuestro saludo
desde este semanario al pueblo de Licupís.
Amor y Llaga N° 467