Podría
decirse que Chota va convirtiéndose cada día, como muchas, en una ciudad sin
libros, escuelas y colegios sin libros, casas sin libros; pero sí, por obra y
gracia de comerciantes emprendedores (pero inescrupulosos) y de autoridades
permisivas y oblicuas, en una ciudad de cantinas y eventos deportivos que
terminan en grandes bacanales de alcohol y hasta violencia.
Los
libros al parecer van quedando como antiguos ornamentos. La política educativa
y cultural antes de acercar a los niños y jóvenes a la lectura los aleja, abandona
a su suerte a las bibliotecas, y la promoción del libro y la lectura no es más
que lindos discursos que se repiten como estribillo.
Nuestro
país está entre los últimos en la edición y publicación de libros. A ello se
añade que la adquisición de libros resulta un lujo debido a su elevado coste y
precio de venta. Sin embargo, nada justifica una política cultural y educativa
incapaz de desarrollar alternativas concretas, viables y eficaces para revertir
esa terrible tragedia que es vivir en una ciudad sin libros ni bibliotecas.
¿Tiene
el gobierno regional una política cultural y educativa que oriente la promoción
del libro y la lectura en Cajamarca? ¿Tiene la municipalidad de Chota una
política educativa y cultural que promocione el libro y la lectura, ha
consignado el presupuesto necesario para ello? ¿Tiene la unidad de gestión
educativa propuestas y proyectos para promover y desarrollar permanentemente los
libros, la lectura y las bibliotecas?
Hay
que increpar a las autoridades su incapacidad para desarrollar políticas
honestas, factibles y efectivas a favor de la cultura, y su avidez para las
obras y construcciones donde los porcentajes y el japanajá han engordado sus cuentas,
propiedades y vicios. Y hay que recordarles que el 23 de abril se celebra el
Día Mundial del Libro. (Ellos sólo han mal leído el libro de Trump Donald: Cómo hacerse ricos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario