Hablar o escribir acerca de la conducta funcional de las autoridades locales quizá resulte un tema gastado. Pero esto no significa que lo dejemos de lado. No cuando en este semanario siempre hemos enarbolado los emblemas de la dignidad, la honestidad, la justicia, la libertad, la democracia, el bienestar popular y el progreso para Chota. Y combatimos a quienes no representan estos ideales.
Pecaríamos de grave generalización si no reconocemos que hay verdaderas autoridades que sin mucho alarde son dignas de representarnos. Sin embargo, en el lado opuesto hay quienes han vapuleado los más elementales principios, valores y normas para conducir una gestión pública intachable, más por el contrario han convertido a las entidades públicas en botines para la repartija de las mafias ansiosas de los recursos del Estado.
En este semanario, se propuso un perfil sencillo pero fundamental para que reconozcamos y sepamos elegir o designar a quienes nos representen: a) solvencia moral a toda prueba, b) firme vocación de servicio y compromiso con el pueblo, c) capacidad de gestión y gobierno, d) formación e idoneidad profesional y nivel político esencial, e) adhesión y sensibilidad social, y f) reconocimiento público.
Tal vez se pueda prescindir de alguno de éstos, pero nunca soslayar ni canjear el requisito de solvencia moral, que significa honestidad, honradez, verdad, integridad, decencia, honor, dignidad, conciencia, virtud, honra, modestia, dignidad.
Amor y Llaga N° 426
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