Hemos comentado en la edición del domingo último el terrible dilema electoral en que se encuentra el elector chotano y el desalentador panorama social en torno a estas elecciones, y lo que espera a la municipalidad y a Chota de entronizarse el poder de la mafia y la corrupción.
La compra de conciencias, de votos y de candidatos, la propaganda electoral petulante y abusiva y la carencia de ideas y planteamientos a los graves problemas de Chota, es el estilo que se ha impuesto en esta campaña electoral. Un estilo peligroso porque avizora un futuro incierto, pero sí proclive a la violencia, la corrupción y el abuso del poder.
De los doce candidatos a la alcaldía provincial, apenas dos o tres, exhiben solvencia en el conocimiento de la gestión pública, de la problemática de Chota y formulan una propuesta coherente y razonable de alternativas y planes de gobierno.
Lamentablemente, con un electorado desinformado, manipulable, ajeno a sus propios problemas, tendremos autoridades municipales que correspondan a ese nivel de degradación política, social y moral a que ha llegado la sociedad, y por consiguiente, genera una democracia deformada, inválida y disfrazada.
Entonces, por quién votar el tres de octubre. Personalmente, salvando ciertos reparos y atingencias de orden político, me inclino a votar por el candidato del MAS. Representa en este momento una alternativa coherente, íntegra, modesta. Un voto consciente, informado, razonado, libre de manipulación económica y enajenación publicitaria.
(Amor y Llaga N° 390)